La ‘destination wedding’. Así se llama a una de esas tendencias que de vez en cuando irrumpen en el mundo de las bodas, pero que llegan para quedarse, con fuerza, al margen de modas, de estereotipos y de querencias peliculeras.
Las también llamadas ‘bodas de destino’ se están imponiendo en los últimos años. Bueno, en realidad, siempre estuvieron ahí aunque fuera sin apelativo formal. El Caribe, la Toscana italiana, Santorini en Grecia, Paris y, por supuesto, Nueva York o Las Vegas en Estados Unidos siempre fueron lugares predilectos, marcas de relumbrón para darse el “sí, quiero”.
Porque una ‘destination wedding’ es eso. Esa pareja que decide casarse en un lugar diferente al de su residencia habitual. Esa pareja que huyendo del monocolor se cuela en un embrollo de experiencia total. Porque ya sea en el propio país de origen, en aquellos destinos fronterizos o al otro lado del mundo, la celebración y organización de este tipo de bodas exige un desafío de envergadura. Todo un reto logístico tan atractivo como inolvidable.
La realidad es que, efectivamente, son una tendencia creciente. El sector ‘destination wedding’ genera un negocio de más de 75.000 millones de dólares y ha experimentado en los últimos años un gran auge. De hecho, la celebración de las bodas fuera del país de origen ha crecido más de un 100% en los últimos cinco años.
Estados Unidos, República Dominicana, Brasil o México siguen siendo mercados tradicionales y seguros. Pero lo cierto es que Europa está acortando distancias en los últimos tiempos y se está posicionando de manera estratégica en un segmento sofisticado, de alta proyección y de futuro asegurado. Y en Europa, España, como gran destino universal. Si España es una potencia turística y si es el segundo país más visitado del mundo, ¿por qué no convertirse en escenario preferente para la celebración de bodas y otros eventos? Tiene sentido.
Y así lo ha visto la Comunidad de Madrid, que está trabajando en la creación de un nuevo producto turístico: ‘Madrid Destination Wedding’ con el que busca posicionarse como destino de bodas ideal tanto para extranjeros como para aquellos ciudadanos españoles que quieran casarse fuera de su lugar de residencia.
En cuanto a los primeros, lo cierto es que cada vez es mayor el número de parejas que deciden viajar a nuestro país para poner un broche especial a su amor. El clima, la gastronomía, la cultura, los paisajes, los precios, las gentes y el espíritu tradicionalmente amable y jovial de los españoles siguen siendo reclamos de altura, y también lo serán para muchos foráneos que quieran celebrar su encuentro en las románticas, sensuales y misteriosas tierras de España.
Las Islas Baleares y Canarias, pero también Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla están pasando a ser lugares elegidos para darse el “sí, quiero”, en especial entre las parejas de Reino Unido, Alemania, Suiza y Rusia, aventureras y cosmopolitas, que buscan dentro de nuestras fronteras aquello que no encuentran en las suyas.
Pues bien, como decimos, la Comunidad de Madrid quiere empezar a explotar ese cúmulo de posibilidades y oportunidades. Y en la recién finalizada FITUR se dio a conocer este nuevo producto turístico, que propone a la región como el destino ideal donde celebrar experiencias únicas e inolvidables.
En principio, ’Madrid Destination Wedding’ será fruto de la colaboración entre la Comunidad de Madrid y el sector turístico regional y se dirigirá especialmente al mercado norteamericano, como principal emisor turístico de la Comunidad, que busca así situarse además como un verdadero destino de lujo y líder europeo en este tipo de eventos.
Lo cierto es que la región cuenta con una oferta turística altamente competitiva, que incluye cultura, patrimonio, naturaleza, gastronomía y enología, compras y ocio. Reúne una gran diversidad de destinos y recursos, donde el patrimonio mundial, las once Villas de Madrid y los parajes naturales tienen gran protagonismo, aderezados por la riqueza del arte, la cultura y las artes escénicas.
Sin ir más lejos, la región atesora tres enclaves declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO (el Paisaje cultural de Aranjuez; el Monasterio y Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial; y la Universidad y Centro Histórico de Alcalá de Henares), que son un reclamo para los amantes de la historia, el arte y las tradiciones. Realidades más que suficientes para confiar en el éxito de la propuesta, que aportará además a la industria turística regional la desestacionalización y el incremento de la estancia media y del gasto turístico.
El reto es enorme, pero también lo serán los beneficios y el retorno de un producto que está llamado a replantear el campo de las celebraciones.