El día de tu boda, es tuyo y de tu pareja, ¡de nadie más!, entonces ¿Por qué debes dejar de ser tú misma? ¿Por qué usar un recogido súper armado cuando siempre has llevado el cabello suelto? ¿O por qué usar tacones si jamás se te han dado bien?, es ilógico que dejemos de ser nosotras mismas justamente uno de los días más importantes para nosotras.
Es importantísimo que la idea de que no debemos transformarnos en quien no somos, por supuesto si el sueño particular de la mayoría de las novias es usar un vestido de princesa, moños y tacones, va perfecto; la idea es que hagan lo que las haga completamente felices.
Está comprobado que a ningún invitado o novio le gustaría que esa novia que están viendo llegar a la iglesia no fuera la mujer que han conocido desde siempre, que no fueran ellas mismas. Verlas con un maquillaje fuera de lugar, tacones imposibles, un vestido demasiado recargado o un peinado de fantasía, además de despersonalizarte, tú misma te sentirás incómoda y fuera de contexto.
La idea es que el día de tu boda te sientas como la que siempre has sido, con la diferencia de que serás más hermosa y elegante que de costumbre.
Si siempre has sido una mujer en el que tu estilo es más bien formal y siempre vas por lo clásico, entonces no dudes en que el diseño de tu vestido sea lo más clásico posible y tu maquillaje y peinado muy sencillo y elegante. Si al contrario, tu estilo desde siempre es atrevido e innovador, no tienes que vestirte de princesa, elige el vestido que te acomode en audacia, un diseño que salga de los estereotipos acostumbrados, un maquillaje recargado o un voluminosos y extravagante peinado. En resumen ¡Sé tú!
Y es que, al final, la belleza está en ser una misma –incluso– el día de la boda. Porque es cierto, es un día especial y único, en donde tendrás la oportunidad de organizar cosas que en otro momento no harías. Un día precedido de tradiciones y costumbres de las que eres libre de cumplir o no.
La oportunidad de llevar un ramo de novia, un vestido pomposo y lucir un velo… pero sin olvidar que sigues siendo tú vestida de novia. Con tus tatuajes irreverentes (si los tienes), tu pelo rizado indomable, tus gafas porque no ves ni un pimiento, tu 1,50 de estatura o sonrisa de medio lado… Como sea, debes ser auténtica y la que están acostumbrados a ver tanto tu familia, amigos y sobre todo, tu novio.